Los terrarios se han vuelto muy populares en los últimos años como elementos decorativos para el hogar, así como por su función ecológica como micro-hábitats para las plantas. Los terrarios son básicamente recipientes cerrados o abiertos que albergan plantas vivas, a menudo acompañadas de elementos como rocas, musgo y ramas. Existen varios tipos de terrarios y la elección dependerá en gran medida del origen de las plantas que deseas cultivar. Los dos tipos principales son los terrarios abiertos y cerrados.
Los terrarios abiertos están diseñados para plantas de interior y de climas desérticos.
Los terrarios abiertos son principalmente macetas para plantas sin agujeros de drenaje. Esto significa que la humedad debe ser añadida cuidadosa y controladamente, generalmente en pequeñas cantidades. Las plantas para este tipo de terrarios deben ser capaces de tolerar niveles más bajos de humedad, ya que el aire circula con mayor libertad en este tipo de recipiente. Las plantas que se adaptan bien a estas condiciones incluyen suculentas y cactus.
Terrarios cerrados
Los terrarios cerrados son más adecuados para plantas tropicales y ecuatoriales. Las plantas de interior suelen ser especies vegetales originarias de regiones ecuatoriales o tropicales. Por lo tanto, necesitan una temperatura constante y templada durante todo el año para crecer adecuadamente. Estas plantas no resisten las heladas, por lo que se cultivan principalmente en interiores. Entre las plantas de interior, algunas requieren una alta humedad, superior al 80%, como las que se encuentran en los bosques tropicales húmedas. Estas se adaptan especialmente bien a la vida en terrarios, ya que estos permiten mantener un entorno húmedo y controlado. Otras plantas de interior prefieren niveles de humedad más bajos y prosperan mejor en terrarios abiertos que ofrecen una circulación de aire adecuada. Por lo tanto, es importante conocer bien las necesidades específicas de cada planta para elegir el tipo de terrario más adecuado.
Los terrarios cerrados son ambientes más húmedos y confinados, en los cuales se controla la luz y la humedad. Las plantas adecuadas para estas condiciones incluyen plantas tropicales, plantas ecuatoriales y aquellas que requieren alta humedad. Los terrarios cerrados también son ideales para plantas que prefieren niveles de humedad estables, ya que la humedad se mantiene en un nivel constante gracias a la condensación.
Dentro de la categoría de terrarios cerrados, hay otros dos tipos de terrarios que vale la pena mencionar: los terrarios eternos y los terrarios bioactivos.
Terrarios eternos
Los terrarios eternos son terrarios cerrados que son prácticamente autónomos y no requieren cuidados especiales por parte del propietario. De hecho, los terrarios eternos son ecosistemas autónomos y autosuficientes que funcionan en un sistema cerrado sin intervención humana. También se les conoce como terrarios autosuficientes. Las plantas y los animales que habitan en ellos intercambian de forma natural los elementos necesarios para su supervivencia, como dióxido de carbono, oxígeno, agua y nutrientes.
Sin embargo, es necesario agregar detritívoros, como colémbolos o lombrices, que se alimentan de los desechos orgánicos producidos por las plantas y los animales. Estos detritívoros son esenciales para mantener un equilibrio ecológico estable en el terrario eterno, ya que convierten los desechos en nutrientes reutilizables para las plantas. Las plantas seleccionadas para este tipo de terrario son especies de bajo mantenimiento, resistentes y capaces de adaptarse a condiciones de vida particulares de un sistema cerrado. Los terrarios eternos son una excelente opción para aquellos que buscan crear un pequeño jardín interior que requiere muy poco mantenimiento y que aprecian el crecimiento salvaje de las especies.
Terrarios bioactivos
Un terrario bioactivo, también conocido como terrario vivo o terrario natural, es un ecosistema en miniatura que permite recrear un entorno natural para las plantas y animales que lo habitan. A diferencia de los terrarios eternos que funcionan de forma autónoma, los terrarios bioactivos requieren intervención humana regular para mantener el equilibrio ecológico. Contienen un sustrato vivo, que está compuesto por diferentes elementos como musgo, tierra, hojas muertas, arena o piedras.
Este sustrato está poblado de microorganismos, bacterias y hongos que ayudan a descomponer los desechos orgánicos y convertir los nutrientes en elementos asimilables por las plantas. Los terrarios bioactivos también están poblados de animales como colémbolos, cochinillas o caracoles, que ayudan a airear el suelo y descomponer la materia orgánica. Las plantas seleccionadas para los terrarios bioactivos suelen ser especies originarias de selvas tropicales húmedas, que requieren alta humedad y luz tenue. Los terrarios bioactivos son una excelente manera de explorar y comprender los ecosistemas naturales, al mismo tiempo que crean un espacio de vegetación y relajación en tu hogar.
Conclución
En conclusión, los terrarios son elementos decorativos y ecológicos interesantes que se pueden utilizar para cultivar una gran variedad de plantas. La elección del tipo de terrario dependerá del origen de las plantas que desees cultivar, así como de tus preferencias personales. Ya sea que optes por un terrario abierto o cerrado, es importante entender que estos recipientes requieren un nivel de atención y cuidado especial, especialmente en lo que respecta a la humedad y la luz. Para profundizar en el tema, te invitamos a leer nuestro artículo “¿Terrario abierto o cerrado? Te decimos cuáles son las diferencias”.
Y para seguir aprendiendo sobre la creación de terrarios increíbles y duraderos, te invitamos a consultar el siguiente artículo sobre la elección de plantas para terrarios cerrados.
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